Jazz? Tango? Clásico? Los tres estilos juntos, mezclados, vivos, eternos, rebeldes, conversando constantemente
“Ojalá que me Escuche” es un tributo al maestro Astor Piazzolla con la participación de músicos invitados de todo el mundo incluindo Pablo Ziegler, Argentina, el último pianista del Quinteto de Astor Piazzolla. Grabado entre Rio de Janeiro y Buenos Aires.
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Blas Rivera lleva algunos años en el negocio, ¿Cuántos?: nadie lo sabe. Algunos pensamos que es un ser sobrenatural, un delirio, un genio. Lo es, sin duda. Solo que hay algunos a los que no les da la gana darse por enterados, será porque no le han escuchado; de otro modo, no se entiende.
Blas es saxofonista y tanguero, pianista y jazzista, Piazzolla y Jobim, Córdoba, Argentina, y todo lo que queda a su alrededor: el mundo, o sea. Blas lo reúne todo para llegarse a sí mismo, que es el destino final de su música. Con esto, que Rivera es él y nadie más. Emoción, pasión y una sonrisa perdida en el camino.
Sale a escena Blas y nos cuenta de cuando, siendo niño, tocaba “Caminito” para las visitas, solo que él odiaba “Caminito”, y a las visitas. Y, así como eso, nos habla de sus progenitores llegados de ultramar a la Argentina para no volver, y de su estancia de estudiante de música en los Estados Unidos, y, más luego, en Madrid, ya como profesor titulado, y de Rio de Janeiro, donde reside. Ahí, subido a la tarima, nos mira con esa forma de mirar transversal tan suya, y nos habla de sus cosas, y de otras muchas, porque Blas tiene mucha vida que contar y que tocar, y de ahí viene todo. Y es así, que su música está transitada por cuanto ha vivido, su geografía humana y personal, o musical, su todo.
Quede claro: Blas Rivera es equivalente, únicamente, a sí mismo. Rechace imitaciones.
Chema García Martínez (“El Pais, España)
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